Arroz con palito'

El otro día estaba disfrutando de una ensalada de lechuga y tomate (muy rica por cierto) que me preparó mi abuela y me acordé de una interrogante que a menudo me asaltaba estando en Cuba. Es la siguiente:

¿En Cuba es una una bendición o una maldición ser vegetariano?

Siempre he escuchado que nada es en blanco y negro, y en este caso está más que claro para mi.
Me explico. Cada vez que me preguntaba esto comenzaba a valorar los pro y los contra de este estilo de vida y de alimentación aplicado al entorno económico-social cubano.
Por ejemplo, la carne de res es un alimento casi utópico en la dieta de la mayoría. ¿Por qué? Pues porque solo la puede comercializar el gobierno, en las tiendas en CUC (moneda alternativa al peso cubano y que lo supera 24 veces o más en valor) y comprar una bandeja con 3 o 4 “fileticos” bien puede significar la mitad del salario (por ser optimistas) de un profesional.
En este punto hay mucha carne por donde cortar, pero ese no es el asunto principal hoy.
Punto a favor para los vegetarianos.

Por otra parte, yo reconozco que los vegetales son muy ricos en vitaminas y minerales, pero los vendedores parece que se confundieron y se piensan que los ricos son los compradores.
Oye, que dolor me daba cada vez que pasaba por la tarima del agro y veía unos tomates super lindos pero a 15 o 20 pesos la libra, señores aflojen.
Yo soy fan del tomate, pero tenía que esperar que bajaran los precios para poder comprarlos de vez en cuando. Porque no solo de tomate vive el hombre.
Punto en contra.

Si normalmente es así, imagínense cuando pasaron los 3 huracanes seguidos por la isla. No quedó mata de plátano en pie, ni cosecha alguna sana; según dijeron las autoridades pertinentes y esta vez les creí.
Como consecuencia directa la comida se evaporó (literalmente) de los puestos de venta.
En los agros solo veía calabazas y fruta bomba verdes. Sin importar cuantos visitaras.
En las tiendas, a pesar de los precios, cuando se sabía que proveerían de comestibles cárnicos, las filas eran interminables y a veces no todos alcanzaban a comprar.

En mi caso personal, como siempre ando en la luna y no me entero de nada, tenía que darle el dinero a mi papá o a una amiga para que me hicieran el favor de comprarme comida. Si no llega a ser así me muero de hambre. En serio.

Podría seguir enumerando y repasando algunos de los alimentos básicos, e ilustrar la escasez pero no quiero, no me produce ningún placer, ni menos alegría.

No me queda respondida la interrogante, aunque empiezo a creer que la maldición no está en ser vegetariano o no, sino que tengas que alimentarte a ti y/o a tu familia en Cuba con un sueldo estatal.

Se considera un lujo poder comer lo que te gusta y no lo que aparezca.
Por eso cada día aumenta el mercado negro y la corrupción.

El que se adapta sobrevive, y aunque me dolieran los tomates a 20 pesos, entendía a los vendedores que al igual que muchos, querían ponerle a sus hijos en la mesa un buen filete de carne con regularidad, no como algo atípico.
Es un círculo vicioso.

Encuentro el video muy apropiado para el tema. Esta vez no hay foto.