Por los padres... por la separación... por mi...

Hubiera preferido haber escrito ayer que fue el día de los padres, pero estaba muy sentimental y susceptible y no quería llorar. Para colmo era domingo... y detesto los domingos.

En gran parte mi susceptibilidad se debía al hecho de no poder hablar con mi papá, o verlo, o darle un beso o un abrazo y decirle "felicidades papito lindo" y volverlo a abrazar, como hago cada año desde hace 20.

O de preparar un almuercito para los 2 y después una cervecita caminando por el malecón, luego simplemente ver la pelicula del domingo los dos tirados en el sofá.

Escribo aquí simplemente para desahogarme, porque ni mi madre ni mi padre saben que llevo un blog, menos aún de este estilo.

No es falta de comunicación o confianza con ellos, es que creo o quiero creer que de esa forma los puedo proteger o evitar algún posible mal rato o represalia.

Yo hago esto por mi única y libre decisión, en ningún momento he sido incitada o inducida a ello por nadie.

Este post es bastante personal, no voy a tratar de ser imparcial como en otros; solo quiero al menos canalizar la impotencia, la tristeza y la nostalgia.

Grito por el día de los padres, por el cumpleaños de mi mamá, y por el cumpleaños de mis amigos, que no podré estar ahí, que con muy buena suerte, podré llamar entre 5 o 10 minutos por teléfono (bien bien caro), o al menos enviarle un correo o un SMS.

Grito porque ellos estuvieron en mi ultimo cumpleaños, y la pasamos bien, muy bien, estupendamente, fue una despedida sin palabras; pero no es justo.

No es justo y por eso también grito...

Grito porque en 10 minutos telefónicos no puedo relatar mis últimos 5 meses sin ellos, ni ellos sus meses sin mi... inevitablemente nos perdemos momentos... buenos momentos, malos momentos... eventos de vida.

Grito porque me siento sola, muy sola. No tengo con quien llorar, o con quien reirme, a quien contarle la última banalidad que me ocurrió en el trabajo o en el mercado; interactúo con el exterior como simple espectadora, no me implico, no me inmolo, no me interesa... casi nada. Solo quiero mirar, aprender y rezo para recordar... recordar para contarles cuando los vea.

Pero nuevamente el incoveniente tiempo, en unas semanas no podremos contarnos nuestras vidas de un año... con suerte será solo un año para contar...

Y maldigo y me cago en el momento en que emigré, pero no me arrepiento. Aún en momentos de tristeza y soledad como estos, no me arrepiento.

Se que la separación no puede ser para siempre... NO PUEDE SER!!!

Es entonces que me cago y me desintoxico internamente en Fidel Castro y toda su prole, y todos sus secuaces y todos sus colaboradores...

Me siento un poco mejor, me alivia la catarsis, pero aun así, es una pequeña espina que me clavé en la planta del pie al cruzar el océano, no puedo dar un paso sin que me duela, sin que me moleste, sin que me penetre más profundo.

No la puedo sacar, no puedo dejar de caminar, para eso estoy aquí, solo me queda poner un parche, lidiar con el dolor y seguir andando.

No obstante, al dueño de la espina... al erizo... esa espinita que perdió le va a molestar, le va a joder.

Esa no es simplemente otra espina que se aleja callada, no, esta lucha, se defiende, se convierte en una espina más grande y molesta y grita, sobre todo grita: "¡¡¡ FELICIDADES PAPÁ !!!"