Robado sin la menor vergüenza de Boxsociety....
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(Correo recibido el primero de marzo 2010)
Anoche en El Mejunje de Santa Clara la música silenció el espacio. El grupo de punk rock Eskoria celebró junto a sus a seguidores el cumpleaños de Wiliam Fabián, fundador y cantante de la agrupación. Solo que a esta fiesta le faltó el cantor.
En días pasados un bandolerito de quinta categoría, azuzado sabrá dios por cuál demonio le quitó la vida al rockero quien por más de 15 años había mantenido la banda en los primeros lugares del ranking nacional. La violencia callejera arrebató a un ídolo de los jóvenes de Cuba, pero se llevó a un hijo, amigo, amante y compañero, sencillamente un ser humano. Puede ser que su agresor jure una y mil veces que se arrepienta de lo que hizo, poco importa. Nadie tiene derecho a quitarle la vida a otra persona. Según los creyentes esa labor es de los dioses, para los ateos está la justicia.
Wiliam, fue portador sano del virus del SIDA por más de dos décadas, mereció en vida disímiles elogios por el trabajo que hizo con la agrupación formada en el Sanatorio Los Cocos, en La Habana cuando le diagnosticaron el mal. También recibió y seamos justos con él mismo, muchas críticas, pero estaba entre nosotros, reía, amaba. En fin, vivía. Quería su familia, recuerdo en la última edición del Ciudad Metal, a la que asistí para verlos tocar, dedicó el concierto a su madre quien estaba bien cerquita del escenario, ese día como todos los otros hizo saltar corear y disfrutar a gentes de diferentes edades y profesiones como solo lo hacen los grandes. Ya las noches de rock en Santa Clara no serán las mismas. Muchos temen que el bandidito asesino no solo terminó una vida si no que acabo con un grupo que marcó un antes y después en el punk rock de la Isla.
El llanto que muchos han derramado por la desaparición física de Wiliam Fabián debe ser un torrente para cerrar filas contra la violencia, hacer de las calles un escenario para el bien, y de gentes bien. Un no enérgico a la proliferación y existencia de malhechores, cuatreros y delincuentes.
Nada puede perturbar la paz. El silencio que anoche llevó la música de Eskoria no puede ser de luto perpetúo, es una llamada a jóvenes y viejos para que cada día la sociedad tenga más valores, más respeto y amor, y que no hayan más silencios ni duelos en los corazones de las gentes.
Marta A. Hernández Casa.
Marta A. Hernández Casa.
2 ¿que tu crees?:
¿Robo? Ninguno. Es William y Eskoria que siguen dandonos emociones, para rato.
Gracias, un abrazo.
David
Vaya, cualquier atentado contra la integridad de una persona es un acto vil y cobarde, por orgullo propio levantemos la cabeza y exijamos justicia. saludos
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