Comenzaré por reproducir la definición de Derechos Humanos que aparece en la página de las Naciones Unidas:
“Los derechos humanos son derechos inherentes a todos los seres humanos, sin distinción alguna de nacionalidad, lugar de residencia, sexo, origen nacional o étnico, color, religión, lengua, o cualquier otra condición. Todos tenemos los mismos derechos humanos, sin discriminación alguna. Estos derechos son interrelacionados, interdependientes e indivisibles.”
Trataré de enfocarlo de manera diferente a como me viene a la mente, ya que al finalizar hoy la semana de campaña por los derechos humanos en Cuba, estoy más que indignada.
Por una parte, me encanta la labor que se ha llevado a cabo en todas partes, incluidas las redes sociales y blogs. Lo que más me gusta es que ha sido una acción conjunta y cada cual ha participado como ha querido y como ha podido. No ha habido una figura “líder”, una cabeza; y desde mi punto de vista eso es lo mejor del caso.
En lo personal ya estoy hastiada de líderes y cabecillas.
Indignada, molesta y triste; pero no asombrada por la forma en que ha reaccionado el gobierno cubano ante esta jornada. Su forma de responder a esta jornada pacífica por nuestra parte ha sido con mítines de repudio, golpizas, detenciones, amenazas y hasta desalojos.
No solo los que se han manifestado a favor del respeto de los derechos humanos durante estos días han sido las principales víctimas, también los que “pudieran hacerlo” han sido citados o detenidos, en los mejores casos.
El sábado pasado, 5 de diciembre, participé en la manifestación en Barcelona frente al consulado cubano; pidiendo que se respeten los derechos humanos en Cuba.
Para ser totalmente honesta llegué tardísimo, casi a la 1:00pm, cuando la hora de inicio era a las 12:00m; me hubiera encantado poder estar desde el principio y sobre todo poder tomar fotos y vídeos, pero mi cámara it’s still broken.
Las que publico ahora, son gracias a Joan Antoni Guerrero Vall.
Curiosamente había un grupo de “¿contra manifestantes?”; en su gran mayoría catalanes de más de 45 años (había muchos que parecían jubilados) con carteles en catalán de “Cuba es libre y soberana”, banderas del 26 de julio y banderas con la cara del Che.
Los coros que gritaban me hacían sentir en la escuela primaria, realmente. Eran las mismas frasecitas de las marchas para que liberaran a Elian y tantas otras.
Gritos de “Abajo la gusanera” y la versión de la Guantanamera con “Fidel, Fidel” y “Cuba Socialista” intercaladas me recuerdan mi más temprana niñez; en la que me limitaba a repetir por no tener la capacidad de discernimiento de hoy.
Por esa misma causa me veía arrastrada a las marchas, las tribunas abiertas y las concentraciones ya fueran en el malecón o en la Plaza de la Revolución. La verdad no sabía por qué, o qué hacía ahí… pero ahí estaba, gritando como los demás. Eso duró aproximadamente hasta 7mo u 8vo grado de la secundaria.
Lo que más recuerdo es que aunque no se mencionara la palabra “obligatorio” (en ocasiones si que lo decían) a la hora de la convocatoria, todos sabíamos las terribles consecuencias que podía acarrear la ausencia. Si los contra manifestantes acudieron bajo esos términos a la marcha del sábado pasado, me dan mucha pena. Si no fue así, están en su derecho de expresar su opinión.
Aunque quiero destacar que no contaban con el permiso necesario para dicho acto (en el lugar me enteré que hay que solicitar permiso para una manifestación). Nosotros sí.
En el tiempo que estuve en el lugar, algunos de los manifestantes pro-democracia con altavoces intentaron mantener un intercambio de opiniones civilizado, porque sinceramente eso de estar todo el rato gritando consignas es muy aburrido y a mi no me gusta mucho la idea, aunque esté de acuerdo con las proclamas; pero nada.
A cada pregunta de nuestra parte, a cada petición de libertad para los presos políticos, a cada intento de diálogo respondían con gritos fanatizados.
Claro siempre alguien del otro lado con un altavoz se encargaba de gritar más, para que las cámaras de televisión presentes no captaran nuestros argumentos, nuestros planteamientos y razones y de paso para los que se encontraban del otro lado de sus banderitas del Che tampoco pudieran darnos una respuesta coherente o tan siquiera escucharnos.
Curiosamente solo vi 1 o 2 personas con pinta de cubanos, y también tenían mucha pinta de trabajar para el gobierno...
Sinceramente, no me extraña. Me molesta muchísimo, me decepciona y me entristece; pero no me extraña.
Como me preguntaba un amigo señalando con la cabeza al otro bando; al dar por terminada la manifestación por nuestra parte - ¿y qué te ha parecido? –
A lo que le respondí: - La verdad, no me extraña su actitud. Ellos NUNCA han estado dispuestos al diálogo, ni a razonar o escuchar opiniones diferentes a las suyas. –
A pesar de eso salí de ahí muy optimista, me sentí bien por dar la cara, dar mi apoyo, mi voz y mi presencia por una causa en la que SI creo: la LIBERTAD y el respeto de los Derechos Humanos en Cuba.
1 ¿que tu crees?:
QUE CUBA ES LO MAXIMO-VIVA FIDEL Y LA REVOLUCION CUBANA.
DEYA TE VOY MATAR A MARIPOSA TE LO JURO...ES UNA GATA GUSANA...QUE NO COME RATON JA,JA,JA.
CUBASI 1000 TIME.
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