Todo esto paso porque de pronto se percato de que quizás solo le quedaban un par de años. Había llegado hasta aquí por consecuencias de haberse sacrificado, trabajado, haberse responsabilizado por consecuencias de ser padre, esposo e hijo. Pero la verdad era que de verdad no sabía cómo coño había llegado hasta aquí.
Se miraba al espejo una mañana resultándole como tantas otras. Veía un rostro ya en la tercera edad. ¿Cómo coño había llegado hasta aquí? Era verdad que le parecía que habían pasado cien años de aquellos domingos de Everglades, fusil en mano. Se reía ahora recordando aquellos tiempos de vamos a infiltrarnos en Cuba. ¿Qué carajo hacia con un fusil en la mano en medio de los manglares? ¿Y luego rumbo sur en lancha rápida? Se reía ahora recordando aquellos tiempos de vamos a infiltrarnos en Cuba.
Se miraba al espejo esa mañana resultándole como tantas otras. Veía un rostro ya en la tercera edad. ¿Cómo coño se las había arreglado para enamorarla? Que él se enamorara de aquella joven exquisitez era fácil de entender. Pero que la casi veinteañera se le entregara totalmente, mente, corazón y cuerpo, eso sí que no se entendía.
Le penetraba la flor con su lengua y luego con su pinga. Otras veces primero con su pinga y luego con su lengua. Dulce flor aquella de gruesos pétalos que brotaba entre aquellas blancas, largas piernas abiertas de aquel cuerpo divino, celestial. Le penetraba la flor hasta que ella le pedía que por favor parara, pero parte de ella queriendo que el siguiera. Se tomaba todo el néctar de la flor. Dulce, rica. Ella tomaba todo el suyo también. Espesa, lechosa. Aquel ritual le trasladaba al más allá. Aquel ritual lo transformaba, joven, divertido. ¡O éxtasis! Dulce delirio al temblar, sudar juntos.
Pero todo aquello era cosa de ayer esta mañana frente al espejo. Lo de defenestrar la flor aquella había sido un milagro, un maravilloso regalo que Dios le dio porque quizás solo le quedaban un par de años. ¿Bien lo entendía todo ahora? Todo esto paso porque de pronto se percato de que quizás solo le quedaban un par de años.
2 ¿que tu crees?:
que buen blog muy singular buenisimo
Muy buen texto con exquisitos detalles. Me gusta también esa crema tibia y espesa.
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